Si los enfrentamientos de la popular justa mundialista fueran, no de futbol, sino de himnos nacionales ¿quién sería el campeón?
Aunque bien sabemos que en la música no existe (o no debería existir) la competencia, hicimos este entretenido ejercicio musical para sumarnos al ímpetu mundialista de alguna manera. El criterio de competencia es esencialmente subjetivo y visceral.
Utilizamos el mismo formato de eliminación manejado por FIFA: 32 países (los mismos que compiten en el torneo de futbol) divididos en 8 grupos. Los dos primeros lugares de cada grupo clasifican a los octavos de final, dentro de un marco previamente definido, así sucesivamente (cuartos de final, semifinales y final).
La clasificación a los octavos de final dejó fuera a algunas potencias futbolísticas, el caso de España que se quedó en la carrera por detrás de los himnos de Portugal y Marruecos, el himno de Brasil con sus suspensiones mozartianas, se vio opacado por los himnos de Suiza y Serbia. El solemne himno alemán tuvo una difícil disputa ante los himnos de México y Suecia.
¡México alcanza los cuartos de final! Como era de esperarse “La Marsellesa” francesa sigue en competencia y se mantiene fuerte, Inglaterra, que participa con “God Save The Queen” y el país anfitrión, tienen una participación destacada. Países como Suiza e Islandia nos han sorprendido con himnos magníficos.
El sueño mundialista terminó para México, cuyo himno no pudo vencer al breve pero bellísimo “Kimi Ga Yo” japonés, que por momentos nos recuerda a Madame Butterfly de Puccini. En los duelos de semifinales se enfrentan Rusia contra Inglaterra y Japón contra Islandia.
¡Tras una reñida eliminatoria, la gran final se disputará entre Rusia y Japón!
Los jueces (¿quiénes?) deliberaron y han decidido proclamar campeón del Mundial de Himnos Nacionales al anfitrión Rusia, con un himno sublime y majestuoso.
¡Enhorabuena!